El blog de los Caracoles Errantes

Viajando por largo tiempo llevando todo en nuestra espalda y nuestra casa es nuestra mochila

21 junio 2006

Visita a Sitios Arqueologicos
Colombia 17 de junio, 2006

Silvia
Al salir de Popayán nos dirigimos al poblado llamado Silvia donde habitan principalmente gente del grupo étnico Guambiano.  Los martes de cada semana realizan un mercado típico donde pudimos observar mujeres hilando lana de oveja, productos de las diferentes comunidades y nos llamó mucho la atención el buen trato de esta gente. 
El traje de los guambianos resalta por su color azul intenso y es interesante observar que los hombres visten un tipo de falda larga que se hacen al enrollar una tela alrededor de su cintura.  La misma tela que usan los hombres como falda es utilizada por las mujeres para cubrirse la espalda.


Hombres guambianos en Silvia

Tierradentro
Visitamos tres parques arqueológicos al sur de Colombia, lo cual fue un regalo esperado y nos permitió admirar la belleza de los dólmenes y las tumbas.
La primera visita fue cerca del poblado de San Andrés de Pisimbalá que está habitado por la comunidad de los indígenas Paeces.  El sitio arqueológico se llama Tierradentro y fue bautizado de esta forma por los españoles debido al difícil acceso que estas tierras representaban a la llegada de los colonizadores.


Iglesia construida por indios paeces,
San Andrés de Pisimbalá

La caminata  por las tumbas de Tierradentro fue cansada pero valió la pena ya que los frescos encontrados dentro de cada una de ellas eran magníficos con trazos simétricos en colores con significado, figuras de animales, todo hecho con gran religiosidad como parte de un ritual a la muerte.  La religión se puede considerar la principal institución de los antiguas habitantes de Tierradentro, se centraban en el culto a la muerte y a los antepasados.  Su universo mágico-religioso estaba poblado de seres míticos relacionados con las fuerzas sobrenaturales.


Gradas en forma de caracol para bajar
a un hipogeo en Tierradentro

Las ranas y los saurios eran símbolos de fertilidad, los jaguares de poder, las serpientes de vida, los lagartos de lo masculino y los ciempiés de lo femenino.  También las aves eran emblemas de la inteligencia y lo celestial.


Pintura dentro de una tumba en Tierradentro

Los entierros eran nombrados según sus características: las tumbas eran entierros sencillos individuales y los hipogeos eran entierros familiares (colectivos) ornamentados con urnas y ofrendas.  Esta práctica funeraria ha sido olvidada por los actuales habitantes.


Hipogeo en Tierradentro

San Agustín
Después de pasar un par de días en San Andrés de Pisimbalá nos trasladamos a San Agustín.  El camino fue por las serranías colombianas, la vía de terracería y los paisajes bonitos.  En Tierradentro habíamos conocido a dos israelitas, Tamy y Asi, con quienes ya habíamos establecido amistad.  Ahora viajábamos juntos y pasamos algunos días en los que pudimos compartir caminatas con Asi y un poco de baile y celebración del cumpleaños de Tamy quien estaba encantada con los pasteles que se hacen por estas tierras.
Recorrimos el sitio arqueo-lógico de de San Agustín en una mañana nublada, incluso lluviosa, pero nos pareció agradable andar por los senderos ya que es un lugar muy cuidado.  Este sitio es poco visitado debido a su lejanía de otras ciudades y a los rumores de que existe presencia de la guerrilla colombiana, sin embargo, nosotros no tuvimos ningún problema y el pueblo nos pareció muy tranquilo. 


Jorge, Ricardo y Carlos frente a un dolmen en San Agustín

Al observar las diferentes mesetas pudimos admirar la belleza de los dólmenes (monumentos megalíticos en forma de mesa, compuestos de una o más lajas colocadas de plano sobre dos o más piedras verticales) de piedra volcánica y estatuas talladas con figuras antropomorfas y zoomorfas.  La misteriosa cultura agustiniana dejó plasmada su idiosincrasia en estas piedras con mucha religiosidad.
Cerca de San Agustín se encuentra otro parque llamado “El Alto de los Idolos”.  Cuando decidimos visitarlo sabíamos que sería una larga y ardua caminata, así que preparamos algo para comer y suficiente agua, además de toda la energía y ánimos.  Bajamos la ladera de la montaña hasta llegar a un viejo puente que cruza una de las partes más angostas del río Magdalena, un río con mucha fuerza.  Caminamos hacia arriba por un pequeño sendero lleno de hierba, disfrutando de las vistas, así como de dos cascadas de gran altura.  La caminata fue larga, en el trayecto pudimos apreciar algunas haciendas y saludar a la gente.  Finalmente llegamos al sitio arqueológico, el cual era espectacular ya que estaba en la cima de unas pequeñas colinas.
Después de recorrer el parque nos acostamos un rato a descansar y de pronto escuchamos que se acercaba una “chiva” (vehículo de transporte público utilizado en zonas rurales), corrimos a preguntar hacia donde iba y decidimos subirnos a ella pues nos acortaría un poco el camino de regreso.  Este viaje en chiva nos permitió compartir con la gente que venía del mercado de un pueblo cercano llamado San José de Iznos.


Chiva que nos transportó una parte
del camino desde el Alto de los Idolos

La chiva venía muy llena y algunas personas viajaban en el techo junto con los víveres que habían comprado en el mercado. Jorge logró un lugar dentro de la chiva, mientras que Ricardo tuvo que sentarse en el techo junto con Asi y Carlos se fue colgado en la parte de atrás./p>

Mientras estuvimos en San Agustín se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Colombia. Por esta razón permanecimos un par de días adicionales en este pueblo pues el transporte público se paraliza para esta ocasión.  Nuestra estancia fue muy placentera y encontramos dos lugares muy agradables, el primero era una pequeña pizzería atendida por una mujer franco-alemana que hacía una pizza de chuparse los dedos. 
El otro lugar era un café llamado “La Ricura”.  Allí diariamente íbamos a disfrutar de las “almojábanas” (pan de yuca) que son muy típicas de Colombia, así como el pan de achira (harina obtenida de una platanilla). 
La propietaria de la panadería, doña Gloria, era una señora muy simpática que nos invitó a conocer la panadería y a intentar hacer algunas rosquillas, así nos levantamos una mañana muy temprano para llegar a la hora en que preparaban el pan del día.  Doña Gloria nos dio sus recetas y nos motivó a que montáramos una panadería al regreso a nuestro país.  Esa mañana desayunamos café con leche y pan del que habíamos preparado.


Jorge intenta hacer rosquillas

 

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1 Comentarios:

Blogger Camila dijo...

Colombia es un país maravilloso para conocer, y tuve la posibilidad de ir en varias oportunidades. En general suelo residir en los domicilios medellin que es mas barato, y luego voy recorriendo distintos puntos del pais

7:55 p. m.  

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