De Iguazú a Buenos Aires
Brasil-Argentina, 13 de Noviembre, 2006
Cataratas de Iguazú
Viajamos a Iguazú para visitar las cataratas, un lugar que queríamos ver pero hacía algunos días habíamos escuchado la noticia de una gran sequía que había hecho que el nivel del agua bajara muchísimo. Sin embargo, hacía unas semanas había empezado a llover cerca de la naciente del río Iguazú y eso nos había dado esperanza de poder ver el espectáculo de la forma tan bella de que tanto se ha hablado.
Nos fuimos muy temprano al parque ya que queríamos aprovechar la mañana para caminar. Este lugar está declarado patrimonio natural de la humanidad y no es para menos ya que es de espléndida belleza y representa una importante fuente de agua para tres países, Brasil, Argentina y Uruguay. Las imponentes caídas de agua alcanzan los 80 metros de altura y una extensión de cerca de 3 kilómetros. Este último número no puede ser comprendido sino hasta que uno está al frente de ellas y sencillamente no puede creerlo.
Durante la caminata vimos primero la caída de “Los Tres Mosqueteros” y continuamos hasta llegar a una pasarela que nos conducía a un punto donde podíamos apreciar la impresionante “Garganta del Diablo”. La inmensa cortina de agua provoca un estruendoso sonido, además de que terminamos mojados por la brisa. Pudimos ver un arco iris que se formaba con el paso del sol entre la nube de agua.
La salida de Brasil y entrada a Argentina fue muy sencilla, los datos en una compu, el sello y ya! Sin embargo, sentimos mucha saudade (nostalgia) al dejar un país que nos había acogido por dos meses y del cual nos llevábamos los recuerdos más maravillosos.
Argentina nos dio la bienvenida al otro lado en un pueblo muy diferente, con su propio estilo y la gente por las calles tomando “mate”, la hierba que preparan con agua caliente y que sorben durante horas entre amigos mientras charlan de cualquier cosa. Bienvenidos al país de los gauchos, el bife de chorizo, el tango, el vino, Gardel, Perón, Maradona, la Patagonia y más.
Nuestro plan era conocer también las cataratas del lado argentino. Al otro día nos fuimos muy temprano, fuimos los primeros en entrar y estábamos con mucha energía para caminar todo el día ya que de este lado hay muchos senderos rodeados de vegetación y comunicados por largos puentes que llevan a varios puntos muy cercanos al agua y a las caídas. La sensación era muy diferente a la del día anterior. Bajamos a la playa de la isla San Martín, en donde se filmaron escenas de la película La Misión. Fue espectacular estar en ese escenario natural.
Playa de la isla de San Martín
Al final del día tuvimos el espectáculo más impresionante que fue entrar a unos metros de la parte alta de la Garganta del Diablo desde donde cae con una fuerza inmensa y el ruido es ensordecedor.
Rosario
En el camino hacia Buenos Aires hicimos una parada extra para visitar a nuestras amigas Paulina y Mariana que viven en la ciudad de Rosario. Mariana nos comentó sobre un programa de agricultura urbana lo que nos pareció muy interesante. Nos fuimos al municipio a preguntar sobre el programa; nos atendió muy amablemente el director del mismo y nos coordinó una visita a una de las huertas. También nos invitó a que visitáramos la feria de agricultores orgánicos que se encontraba a pocas cuadras de donde estábamos.
En la feria encontramos un grupo de mujeres que muy orgullosamente mostraban y vendían sus productos. Las señoras eran muy amables y nos contaron con mucho orgullo cómo había iniciado su proyecto. Delmira Figueredo nos contó que en el 2001, ante la crisis económica que vivió Argentina, mucha gente tuvo que dedicarse a sembrar para tener que comer. El gobierno de Rosario que se caracteriza por ser de una línea bastante alternativa, apoyó este tipo de proyectos dando ayuda económica a las familias. Además facilitaron los terrenos y brindaron la asesoría técnica para que la gente iniciara sus huertas.
Delmira vio aquello como una gran oportunidad y no le fue difícil adoptar el nuevo proyecto ya que ella venía del campo y estaba acostumbrada a trabajar con la tierra. Actualmente combina este trabajo con otro en un hospital; dice que es feliz sembrando y que es su pasatiempo favorito. Nos compartió todas las técnicas agroecológicas con las que obtiene productos sanos y libres de químicos, los cuales vende en la feria organizada por el municipio.
Delmira Figueredo vendiendo
en el mercado de productos orgánicos
Nuestra visita a los huertos urbanos fue muy emocionante y constructiva. Ahí nos recibieron Adrián e Ida, dos personas encantadoras y muy amables que compartieron con nosotros su experiencia. Su huerto se ubica en un sitio que antes estuvo ocupado por casitas de cartón (tugurios). Ellos nunca habían trabajado con agricultura y a partir de esta experiencia descubrieron una nueva pasión en sus vidas. Siembran hortalizas con técnicas agroecológicas y se han convertido en líderes comunitarios que incentivan y asesoran a otros que quieren ingresar al proyecto de agricultura urbana.
Actualmente el gobierno de Rosario tiene un plan de integrar los huertos urbanos a un proyecto de Parques Huerta. El objetivo de ese nuevo proyecto es que las huertas que a veces se ubican en terrenos prestados sean parte de un parque municipal en donde no exista la posibilidad de que los agricultores sean expulsados de las tierras que están trabajando. Además se quiere convertir los sitios en espacios educativos y recreativos.
Buenos Aires
Después de nuestra linda y constructiva visita a Rosario nos dirigimos a la hermosa ciudad de Buenos Aires. Ahí nuestro amigo Rodrigo nos recibió en su casa, la cual rápidamente adoptamos como nuestra. Rodrigo vive en Los Olivos, un barrio que está lleno de hermosas casas, muchos árboles y lindos parques.
Grafitti en un parque de Buenos Aires
Recorrimos la ciudad de Buenos Aires durante varios días y realmente la disfrutamos paso a paso. Los parques, edificios, calles y la vida de esta ciudad nos mantuvo sorprendidos y muy emocionados todo el tiempo. La Boca, San Telmo, Recoleta, Palermo son algunos de los nombres de los históricos barrios que recorrimos en nuestro paso por la ciudad que nunca duerme y en donde la vida nocturna comienza a media noche cuando se sale a cenar.
No podría faltar en nuestra estadía una noche de “asado” y buen vino. Gracias a los padres de Rodrigo que nos invitaron a su casa pudimos saborear de esta forma tan argentina de preparar carnes y embutidos a la parrilla, acompañado con berenjenas en vinagreta que nos hicieron chuparnos los dedos.
Cuidador de perros en Buenos Aires
Impactados por la naturaleza en Iguazú y habiendo vivido interesantes experiencias de agricultura urbana en Rosario así como haber disfrutado de la hermosa ciudad de Buenos Aires nos sentimos con la motivación y las energías para buscar nuevas experiencias e historias en el sur de este maravilloso continente. Tomamos el autobús hasta el punto más austral de nuestro viaje: la Patagonia.
Sitio de esparcimiento en la ciudad